La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en el marketing ha transformado la forma en que las marcas se relacionan con sus audiencias. Uno de los fenómenos más disruptivos es el auge de los influencers virtuales: personajes digitales generados por IA que interactúan con seguidores en redes sociales y protagonizan campañas publicitarias. Marcas de renombre como Balenciaga, Prada y Samsung ya han colaborado con influencers virtuales como Lil Miquela, Noonoouri y Imma. Pero, ¿son realmente efectivos? ¿O estamos ante una burbuja de influencia digital?
¿Qué son los influencers virtuales?
Los influencers virtuales son avatares generados por algoritmos avanzados de IA y gráficos en 3D que simulan el comportamiento humano. Son gestionados por agencias o marcas que controlan completamente su imagen y mensaje. A diferencia de los influencers humanos, estos personajes no tienen vida personal, escándalos o fluctuaciones emocionales que puedan afectar su reputación.
Según un informe de Virtual Humans, se espera que el mercado de influencers virtuales crezca un 26% anual hasta 2028, alcanzando un valor de 3.500 millones de dólares. Este crecimiento se debe, en gran parte, a su capacidad de ofrecer contenido sin los riesgos asociados a los influencers tradicionales, como controversias o pérdida de engagement debido a cambios en la audiencia.
¿Por qué las marcas los prefieren?
Las marcas han encontrado en estos influencers una oportunidad única para generar contenido controlado, personalizado y adaptable a diferentes mercados. Algunas ventajas clave incluyen:
- Disponibilidad 24/7: No hay necesidad de coordinación de agendas ni contratos complicados.
- Coherencia absoluta: Las marcas tienen control total sobre el mensaje y la imagen.
- Innovación y engagement: Generan un alto nivel de curiosidad y conversación entre los usuarios.
Sin embargo, existen preocupaciones respecto a la autenticidad y la conexión emocional con los consumidores. Un estudio de la Universidad de Oxford reveló que el 67% de los consumidores prefiere contenido generado por personas reales, ya que confían más en experiencias humanas que en interacciones con IA.
El futuro de los influencers virtuales dependerá de cómo evolucionen las tecnologías de IA para hacer que estas figuras sean más realistas y capaces de generar conexiones emocionales genuinas con su audiencia.